Con sus 87 591 km2 de superficie, Andalucía es uno de los territorios más meridionales de Europa, y una de las regiones más cálidas. La Comunidad Autónoma de Andalucía se constituyó en 1982 y tiene frontera internacional con Portugal al oeste y nacional con otras regiones españolas: Extremadura al noreste, Castilla La Mancha al norte y Murcia al este. Cuenta con un total de 8 411 405 habitantes, con una densidad de población de 92 hab/km2, por lo que representa un 18 % del total de la población de España. El territorio andaluz tiene una extensión mayor que muchos Estados miembro de la Unión Europea, como Bélgica, Dinamarca, Austria o Países Bajos. Además de su gran extensión, Andalucía tiene un IPC de 104,9 (octubre de 2019) y un PIB per cápita de 19 132 euros (2018). El territorio andaluz limita únicamente con el país vecino, Portugal, a través de una provincia: Huelva. Ésta presenta una superficie de 10 128 km² y 519 932 habitantes.
Ha recibido muchos nombres como «puente entre continentes», «puerta de Europa», «crisol de culturas» o «punto de encuentro entre mares» que se ajustan perfectamente a la realidad histórica y cultural de Andalucía. Entre Europa y África, a un lado, el Atlántico, a otro el Mediterráneo. Andalucía ha sido habitada desde el comienzo de la historia por numerosas culturas.
Este contraste no está solo presente es su cultura e historia, Andalucía presenta una orografía abigarrada con una gran variedad de paisajes y accidentes geográficos que tienen como puntos de referencia el cálido valle del Guadalquivir, las frondosas sierras de media montaña, los paisajes desérticos, como Tabernas, o las más altas cumbres de la península, tocadas de blanco la mayoría del año, en Sierra Nevada.
Su mayor río, el Guadalquivir, conocido con este sobrenombre por los pueblos árabes y bereberes, conforma un valle fértil que constituye el eje fundamental de Andalucía, junto con afluentes, como el Genil. Desde su nacimiento, en el oriente, en las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, hasta su desembocadura en el poniente, acompañando a las marismas del Parque Nacional de Doñana, el Guadalquivir es una fuente de vida transversal en el territorio andaluz.
Diversos afluentes, que tienen origen en las sierras que lo acompañan a ambos lados, vierten en este eje fluvial el resto de las aguas provenientes de numerosos pantanos que pueblan Sierra Morena o los Sistemas Béticos. El agua represada desempeña un importante papel regulador, tanto para el consumo humano y para el riego de cultivos como para retener las grandes crecidas en caso de numerosas lluvias.
A pesar de la importancia de este sistema fluvial, un cincuenta por ciento del territorio andaluz es montañoso, en mayor o menor grado, y una tercera parte se encuentra por encima de los 600 m de altitud, con una gran altiplanicie y 46 cumbres que sobrepasan los 1 000 metros. Destaca entre todas las alturas, Sierra Nevada, en pleno Sistema Penibético, donde se encuentran varias cumbres superiores a los 3 400 metros, como el Mulhacén o el Veleta.
En apenas 40 km se puede pasar de un paisaje alpino a uno tropical a orillas del antiguo Mare Nostrum. El litoral andaluz, con sus casi 900 km de longitud, alberga gran número de poblaciones y playas. En los últimos años Andalucía ha hecho grandes esfuerzos para adecuar sus costas a la calidad demandada por el cada vez más exigente mercado turístico.
En el contraste paisajístico andaluz viven más de siete millones de habitantes que se distribuyen en los diferentes tipos de hábitat. Una gran mayoría viven en las grandes ciudades, las ocho capitales de provincia (Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla) y Jerez de la Frontera, y otra gran parte de esa población prefiere núcleos intermedios o pequeños pueblos serranos, cortijos y alquerías.
Todo este conjunto conforma una amalgama de ofertas turísticas que oscilan entre la monumentalidad de los grandes núcleos y los pequeños pueblos, fuente de inspiración de todo tipo de artistas.
Andalucía presenta varios ejemplos de patrimonio de la humanidad. La UNESCO ha reconocido al flamenco, la dieta mediterránea y los patios de Córdoba patrimonio intangible de la humanidad y Doñana como patrimonio natural de la humanidad. Este reconocimiento se suma al de las ciudades renacentistas de Úbeda y Baeza, los yacimientos de los dólmenes de Antequera, el arte rupestre del arco mediterráneo, el casco antiguo de Sevilla, la Mezquita-Catedral de Córdoba, la Alhambra y el Generalife y Medina Azahara, en 2018, que han sido nombradas patrimonio material de la humanidad.
En 2019 Andalucía celebra uno de sus mayores hitos históricos que expresan su carácter universal: el V centenario de la circunnavegación al mundo por los marineros Magallanes y Elcano, que partieron del puerto fluvial del Guadalquivir en la capital andaluza, tras despedirse de Europa en Palos de La Frontera.
La Andalucía actual es una comunidad moderna, dotada de grandes infraestructuras, que sabe recibir con cariño a cuantos la visitan y que, consciente del devenir de los tiempos que exigen una constante modernización, pone exquisito cuidado en conservar sus raíces y en mantener el importante patrimonio, cultural y monumental, heredado de todos sus antepasados.
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